Los araucanos se alimentaban de sus Frutos y lo tomaban como infusión a modo de tónico. También lo utilizaban para mejorar problemas hepáticos, favorecer la digestión. Ha pasado mucho tiempo, no obstante, los usos no han variado mucho y actualmente el boldo se sigue empleando para tratar afecciones relacionadas con el hígado, el estómago y como remedio para los cálculos biliares.